Emotiva reflexión, nos da una lección de vida, nos enseña
que la verdadera vocación del maestro está en dar amor y atención a nuestros
estudiantes en la medida que ellos nos
necesitan.
Siempre habrá un estudiante
diferente a los demás y por ende el que más nos necesita, la verdadera tarea nuestra
está en agotar los recursos por lograr la armonía física y espiritual, de
aquellos que sienten que la escuela no es su lugar.
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